Las bodas las celebramos para tener en un mismo lugar a toda la familia y amigos que queremos, cosa que a lo largo de nuestra vida probablemente no podamos hacer nunca más.
Los amigos son una parte imprescindible para que una boda sea más o menos animada, y esta boda fue como una montaña rusa de emociones provocadas por los amigos de Paula y Julio.
Paula decidió prepararse en el mismo lugar donde se iba a realizar el banquete, en el Complejo La Cigüeña, un complejo en el Parque Regional del Sureste de Madrid, en plena naturaleza, donde, entre otras cosas, tienen un gran número de bungalows de madera perfectos para estos menesteres.
La verdad es que para las fotos del reportaje de boda son ideales, y si le unimos un vestido de Pronovias mucho mejor.
Julio se preparó en la casa de sus padres, y en este caso también fue un acierto ya que era un chalet con un jardín espectacular donde salen unas fotos muy naturales. Para la ocasión Julio eligió un elegante chaqué de Hackett London en color gris oscuro.
Fue una boda religiosa oficiada en la Ermita del Cristo de Rivas, un lugar bastante íntimo rodeado de vegetación.
Desde que salieron los novios de la ceremonia ya tomaron protagonismo los amigos, no pararon de animar a los novios, besos, abrazos, bromas, lanzamientos de ramo, manteo al novio y como colofón, al terminar el banquete les hicieron un "Flashmob" todos con máscara de llamas, una locura.